Atónitos,
vimos en Televisión como uno de los ilustres diputados que medran en el Congreso de los Diputados en Madrid, al
parecer de la oposición (aunque también los habrá del mismo pelaje en la
bancada gubernamental), interpelaba a algún ministro con un lenguaje de este
tenor: “Es llamativo que usted se declare
cristiano católico, ahora que hasta el Papa se está volviendo un tanto laico, ya
que incluso niega la presencia del buey y la mula en el
Portal de Belén” Al parecer, el tal
argumentaba contra la, en ciernes, nueva
ley de Educación con la que se intenta, ya era hora, sustituir la que está vigor desde Felipe
González, que ha llenado España (según
se está viendo y comprobando y nos lo dicen todos los informes europeos), de
ignorantes virtuales y analfabetos funcionales como el tal a quien aquí estamos
señalando (y no precisamente por señas), aunque el nombre no nos dio
tiempo anotarlo, pero, para vergüenza
del saber patrio (sí, patrio) quedaría
perpetuado en el Diario de Sesiones.
Desde este
humilde blogs corregimos al fulano
--advertimos al susodicho diputado (mejor sea el año) que según el diccionario
el palabro fulano no es ofensa-- de marras: El Papa lo único que ha dicho
es que en el Evangelio no consta (literalmente) que el buey y la mula estuvieran presente en el ESTABLO en el que la Virgen
Nazarena parió al Niño Jesús, al que
2.500.000.000 de seres humanos de todo el orbe tienen por Dios, y los
que no, como el filósofo Renán, lo tienen por el ser más extraordinario que ha
dado la humanidad, por lo que “de no ser
Dios, merecía serlo...”
Mire usted,
fulano diputado, puede que por ser tal (Claudio nombró cónsul a su caballo),
muchos españolitos de a pie le sigan
como cierta su parida mental, con lo
cual queremos decir que usted hace mucho daño a la cultura popular.
El Papa
vino a decir lo que se deduce del Evangelio de San Lucas (2- 4,5,6,7): “... José subió a Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la Ciudad de David que se
llama Belén... para empadronarse con
María, su esposa, que estaba encinta. Estando allí se cumplieron los días de su
parto y dio a luz a su hijo primogénito,
y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre,
(¡un pesebre, coño!) por no haber sitio
para ellos en el mesón” ¡Ul pesebre,
lerdo de toda lerdedad, se utiliza
indistintamente para ganado vacuno, asnal, mular o caballar, con cuatro patas y no con dos,
como algún compadre referible! Si de usted se dice que es Charlatán, o blablanero, del Congreso, muy tonto será quien no colija
más que a priesa en su magín que se trata de un Diputado (a). ¿Nos sigue su
señoría?
También San
Lucas (2,15,16) nos dice: “...Vamos a Belén a ver esto que el Señor nos
ha anunciado. Encontraron a María, a
José y al Niño acostado en un pesebre...”
Insistamos, Sr. Diputado y otras yerbas de secano, ¡un pesebre! no se construye para pasturar aves de
corral o conejos ¿nos va usted
entendiendo?
El Papa lo
que dice es que los cristianos al percibir la
carencia gramatical, la
iconografía cristiana, siempre poética en su simbolismo (como todo lo de la Iglesia para hacerlo mas
comprensible a las gentes sencillas) suplió dicha falta semántica.
Otra
cosa, muy en serio, le argüimos: Los
cargos políticos elegidos por el pueblo comenten felonía de lesa
democracia cuando distorsionan la verdad
y los hechos históricos por intereses y sectarismos políticos, cosa tan en boga
hoy, lesionando así los inalienables derechos culturales de las generaciones
para manipularlas pancistamente. Es que la gente del pueblo liso y llano estamos ya hartos, Sr. Diputado...VALE
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